lunes, 8 de agosto de 2011

EXPLOSIONES DE GALAXIAS




¡A MI AMADO, MI SEÑOR, MI DUEÑO, MI TODO!
Hoy te pido por favor que nunca así deje de ser,
lo que TÚ has bien previsto, pues siempre estaré contento,
de qué es lo que debo hacer, aunque no puedo entender,
el por qué de mi destino, hasta que lo llegue a ver.

Siempre muy rebelde fui, desde bien pequeño he sido,
continué pues siéndolo, me jugaba mi destino
a pesar que viéndolo, sabía que era un desatino.

Hasta bien entrada edad, hasta edad muy avanzada,
cuando por fin pude oírte, pude verte y sentirte,
pude llegar a saber que estabas dentro de mí.

Me llamabas por mi nombre que nunca conocí,
hasta que llegó un buen día que mis oídos se abrieron,
y un dulce canto que me atrajo hacia Ti, sí escucharon,

Sin saber que era mi Amado, que así me reclamaba,
que cual dulce pajarillo, su voz era, mi Señor,
para que dejara el nido, me arrullaba con candor,
pues estaba así yo hecho, para volar por mayor.

Navegante sin fronteras, y por los aires surcar,
no sabiendo mucho antes, para qué esto que mi Amado,
de siempre, a mí, y también para otros, Él ha reservado,
que a su lado estaremos, sirviéndole con agrado.

A cualquier parte que mande, no dejando de adorarle,
de quererle, de reconocerle y de siempre amarle,
aun con nuestra miseria que como nadie, Él conoce,
pues libres, con voluntad y presos de sus delicias,

estamos en su castillo, donde no existen rejas,
ni puertas con doble llave, sino anchos ventanales;
donde luces, de mil estrellas, entran a raudales,
pues, de otros mundos que llegan, son comunicaciones.

Para que no sólo en la Tierra hay vida, sepamos
y que en muchas miríadas de planetas habitados,
la humanidad es igual, y existen como nosotros,
que también Ellos, del mismo Padre y Creador son hijos.

Toda manifestación que en el Universo somos,
de todo lo que está visible y de lo invisible aún más,
en verdad sabemos que es mucho más lo que no vemos,
y allí es, donde habitan, de luces, millones de seres.

Que emiten, sus radiantes frecuencias, de mil colores.
pues cuando en el futuro llegue, al momento tendremos,
el deseado encuentro, y entonces su rostro veremos,
diciéndole a nuestro Dios, eres mi Amado esperado:

Pues es la Luz esplendente, que todo lo ilumina,
la Luz indeficiente, la que sutil difumina,
la que dándose continuamente, nunca se acaba.
la que con miles de millones, de sus vibraciones,

marca el ritmo acompasado a los ciclos espaciales,
la que atrae dulcemente a Sí, como el más potente imán,
lo que gira alrededor de su masa y, no se escapan
los chicos ni los grandes, volviendo de nuevo a casa.

Donde el Padre allí paciente, con todos espera Amar,
que cada rayo de Sol, pueda de nuevo a Él retornar,

dando su Luz al hermano, habiendo aprendido a Amar;
para hacerle despertar, y pueda entonces encontrar,
dentro de sí la Verdad, que guiándole, liberado,
conseguir al fin descubrir, ser hijo enamorado.

Casi sin darnos cuenta, lo inesperado tendremos;
diciéndole a nuestro Dios, que ver de cara podremos:
¡Ha valido la pena, aunque mucho tiempo ha pasado,
por fin te he conocido, eres mi Amado esperado!
¡Siendo mi Amado: eres mi Señor, mi Dueño, mi Todo!

VICENTE ENGUÍDNOS GARRIDO 29 Diciembre 1996 (Castellón) ESPAÑA

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